Por qué sembrar en casa
Oct 17, 2023Tener un huerto te va a llenar de vida: a tí, a tu familia, a tu comunidad, al mundo entero.
Quizás al principio tus amigos y familiares no estén convencidos de tu nuevo proyecto. Sin embargo, verás que muy pronto van a estar ayudándote con las labores del huerto, aunque alguno que otro se ofrecerá sólo para cosechar la primera fresa. Te vas a volver la envidia de tus vecinos, hasta que ellos también se animen a tener un huerto y entonces puedas intercambiar tu exceso de calabazas por unos pepinos. Serás la sensación en la próxima cena con tus amigos cuando llegues con la ensalada recién cosechada. Un huerto lleno de vida se volverá una parte esencial de tu hogar, un lugar para compartir y conectar con las personas de tu alrededor.
Sea lo que sea que siembres y coseches, vas a comer rico. Además de que lo que coseches va a estar más fresco y nutritivo, te lo vas a comer con más gozo simplemente porque es tuyo. Tus platillos van a saber delicioso cuando les pongas hierbas de olor recién cortadas, y tus ensaladas van a estar frescas, crujientes y sabrosas. No vas a volver a comprar un té de sobre después de haberte hecho tu propio té de toronjil, y no te va a volver a saber igual una coliflor del supermercado.
Sobre todo, tener un huerto en casa es la mejor inversión que puedes hacer, pues vas a invertir en la salud de tu familia. Vas a tener acceso a la mejor calidad y a una mayor variedad de verduras. Te apuesto que todos en casa se las van a comer, porque las vieron crecer en el jardín. Mientras siembran y cuidan sus plantas, van a estar haciendo ejercicio y teniendo exposición a luz solar, actividades que nos caen muy bien a todos.
Por si todo eso no fuera suficiente, déjame darte mi razón favorita. Sembrar en casa es una gran manera de conectar con la naturaleza y la agricultura. Además de que ahora tendrás una mejor vista de tu jardín, tendrás la oportunidad de conectar con la vida. Escucharás muchos pájaros cantar, avisando a la colonia entera que aquí hay comida. Tal vez te encuentres con una rana entre las lechugas recién regadas. Tu huerto se convertirá en un santuario para muchos animales, especialmente para las abejas, que estarán felices con las flores de la borraja y del brócoli que se te olvidó cosechar. No tan agraciadamente, llegarás a ver ardillas o hasta un conejo. No tienes que vivir en el campo para que eso suceda, la mascota del hijo de tu vecino seguro querrá mudarse contigo y comerse los brotes tiernos de las lechugas. Tomarás consciencia de las temporadas, y apreciarás tanto el calor que hace crecer a las berenjenas como al frío que le permite a los ajos desarrollar sus dientes. Verás a tus plantas crecer de otra manera cuando las primeras lluvias las rieguen, y tal vez te animes a bailar en la lluvia con ellas.
Producir alimento en casa permite que entiendas de dónde viene tu comida, así como todos los retos a la hora de cultivarla. Valorarás el trabajo de los agricultores y seguramente conectarás con algunos de ellos, pues querrás tener acceso a verduras que se parezcan a las tuyas y no tanto a las del supermercado.Tendrás también una guía de qué verduras son de temporada, para poder tomar mejores elecciones a la hora de comprarlas. Además, estarás reduciendo tu huella ecológica, pues tu alimento no vendrá de tan lejos ni estará empacado en plástico.
Tengas un bancal pequeñito, o un potager completo, crecer alimento vivo va a ser uno de los mejores regalos que te puedas dar. Tu huerto va a ser uno de tus lugares favoritos, un lugar donde puedes detenerte por un momento y conectarte contigo. Se va a convertir en una especie de santuario para tí y tu familia. Cada vez que estés ahí, encontrarás alguna razón para asombrarte: ver como una semilla se convierte en kilos de jitomates, encontrar una catarina, ver como la calabaza usa sus zarcillos para agarrarse y crecer por arriba del kale (por eso hay que ponerles un tutor, pero no te apures, al ratito te cuento de eso). Oler el romero al frotarlo con tus manos, morder una zanahoria crujiente con un poquito de tierra, sentir los rayos del sol en tu piel… tus sentidos van a despertar de mil maneras. Literalmente vas a ser más feliz: en el suelo existe una bacteria no patógena que se llama Mycobacterium vaccae, a la cual se le atribuyen efectos antidepresivos y antiestrés. Así es que ¿qué esperas? ¡Es hora de meter las manos en la tierra!
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