La metodología de KUX-AL Tierra
Oct 17, 2023Como todas las cosas en la vida, empezar es lo más difícil. Si la última vez que sembraste fue en el kinder con el experimento del frijol en el frasco con un algodón, la idea de cuidar un huerto entero puede ser un poco abrumadora. Despreocúpate de que se te van a morir las plantas, de que tu huerto se va a ver feo, o de que te va a costar mucho trabajo. Sigue leyendo para aprender lo esencial para que puedas arrancar un huerto exitoso, ya.
Soñar
Primero que nada, te invito a soñar. ¿Qué plantas son las que más te emociona cultivar? ¿Cuáles verduras son las que más come tu familia? ¿En qué parte de tu casa quieres tener el huerto? Atrévete a imaginar lo imposible, poco a poco lo irás aterrizando y volviendo realidad. Más adelante verás cómo hacerlo, pero por ahora, sueña todo lo que quieras.
Instalar
Una vez que sepas dónde va a estar tu huerto, hay que preparar el espacio. Si va a ser en una terraza, ya tienes casi todo el trabajo hecho. Si va a ser en tu jardín, hay que realizar unos cuantos pasos antes de instalar tu bancal, como quitar el pasto y aplanar la zona. Ahora sí, es momento de armar tu bancal (o ¡bancales!). Hay muchos materiales con los que puedes armarlo, desde madera reciclada o láminas corrugadas hasta piedras o concreto. Tendrás que tomar en cuenta el tamaño de los bancales, así como del espacio que dejarás para caminos y bordes. No olvides considerar de dónde vendrá el agua con la que estarás regando tus plantas. Más adelante encontrarás las instrucciones de cómo armar el huerto Kuxal, puedes seguirlas al pie de la letra o ajustarlas de acuerdo a tu sueño y tu espacio.
Crecer
Listo, ya tienes el canvas listo para pintar. Ahora es momento de que juntes todos tus insumos y te dispongas a sembrar. El sustrato con el que rellenarás el bancal es la clave para que empieces con el pie derecho. Cuando cultivamos en bancales, tenemos la enorme ventaja de poder rellenarlos con materiales e ingredientes que nos ayudarán a tener plantas fuertes y saludables. Después se convertirán en un alimento muy nutritivo para nosotros.
¿Listo para sembrar? Algunas plantas necesitan ser sembradas directamente desde semillas en su lugar final, pues no les gusta que las muevan. Otras, las puedes trasplantar a tu huerto cuando ya están más grandecitas, para ahorrarte tiempo y espacio. Si puedes conseguir estas plántulas de alguien más, es una gran manera de ayudarte a empezar. Si no, no te preocupes, más adelante aprenderás cómo sembrar tus propios almácigos. Sembrar la primera vez puede ser un poco retador, pero poco a poco irás tomando confianza y experiencia. Lo importante es que nunca dejes de sembrar. El error más grande que cometemos es sembrar una vez y creer que con eso será suficiente.
El secreto está en sembrar continuamente, a menos que tu huerto solo tenga hierbas de olor, y en cuidar a tus plantas durante todas las etapas de su crecimiento. Cuidarlas involucra darles agua y alimentarlas constantemente, como a cualquier miembro de tu familia. También hay que deshierbar y aflojar la tierra alrededor de ellas, y ayudarlas con soporte para que sigan creciendo. Cada temporada te familiarizaras más con tus plantas, y pronto sabrás que es lo que necesita cada una para estar más contenta.
¡Cosechar y compartir!
Hasta la fecha, no he conocido a nadie que haya cosechado ejotes de su experimento en el kínder. Ahora sí lo vas a lograr. En menos de lo que te des cuenta, va a ser hora de cosechar los frutos de tu trabajo. Lo mejor de tener un huerto en casa es que vas a poder cosechar las verduras cuando estén en su punto y tengan el mejor color y sabor. Para mí sigue siendo muy gratificante la sensación de arrancar las zanahorias del suelo. Es igual de emocionante encontrar tanto una zanahoria larga y derecha como una retorcida imitando a dos bailarines de tango. Ya solo te falta prepararlas y disfrutar con tu familia y amigos.
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